Ataques cerebrovasculares: ¿cuáles son los tipos y sus síntomas?

¿Sabías que los accidentes cerebrovasculares son una de las principales causas de muerte y discapacidad a largo plazo en todo el mundo? Cada año se producen más de 15 millones de nuevos accidentes cerebrovasculares. De ellos, 5 millones mueren y otros 5 millones quedan con algún tipo de discapacidad como déficit cognitivo, déficit del lenguaje o parálisis de un lado del cuerpo (hemiplejia), entre otras consecuencias.
Estas complicaciones a largo plazo se presentan muchas veces por no recibir una atención oportuna y de calidad. Cuando ocurre un ACV, una parte del cerebro está dejando de recibir el flujo normal de sangre y por ende, las células se quedan sin oxígeno y nutrientes. Cada minuto que pasa durante un ACV mueren cerca de dos millones de neuronas, células que reciben y envían señales cerebrales implicadas en procesos motores, sensitivos y también en funciones cognitivas, la memoria y el pensamiento.
Lo ideal para reducir los riesgos de muerte o secuelas es recibir atención especializada antes de las cuatro horas de haber iniciado el ataque. Para ello es importante reconocer las señales de alerta.
Síntomas
Visión borrosa: dificultad repentina para ver por uno o los dos ojos.
Parálisis en cara o extremidades: entumecimiento repentino de brazos, piernas o en una de las mitades de la cara. Intenta mover las extremidades al tiempo y evidencia si hay algún problema.
Dolor de cabeza intenso: un dolor repentino acompañado de mareo, vómito y pérdida del equilibrio.
Ante la presencia de estos síntomas, lo importante es actuar rápidamente para recibir ayuda médica. Si estás acompañado dirígete rápidamente a un hospital, preferiblemente de cuarto nivel de complejidad, o llama a la línea de emergencias 123.

Tipos de ACV
Aunque médicamente esta lesión se conoce como ACV o ataque cerebrovascular, es muy común escuchar que la llaman también trombosis, embolia o derrame cerebral. Estos nombres más populares hacen referencia directa a lo que causa la dificultad en el flujo normal de la sangre hacia el cerebro.
Trombosis cerebral o ACV isquémico: cuando los vasos que irrigan sangre directamente al cerebro se bloquean por trombos (coágulos de sangre), se corta el paso de oxígeno. Este es el tipo de ataque más común y representa el 80 % de todos los ataques en el mundo.
Embolia o ACV embólico: los coágulos que se forman en diferentes partes del cuerpo y viajan a través de los vasos sanguíneos hasta las arterias cerebrales, son conocidos como émbolos.
Independientemente de dónde se haya formado el coágulo, lo primero que hará el personal de salud será intentar destapar el vaso lo antes posible con la ayuda de medicamentos inyectados o mediante un procedimiento llamado trombectomía, que consiste en ingresar por la arteria para extraer el bloqueo.
Derrame cerebral o ACV hemorrágico: cuando hay una afección en los vasos sanguíneos estos pueden romperse y producir una hemorragia cerebral. Es el tipo de ataque menos común y su tratamiento inicial se centra en el control del sangrado y reducir la presión en el cerebro causada por el exceso de líquido.
Entre las principales causas del ACV hemorrágico se encuentra el aneurisma cerebral, enfermedad que dilata las paredes de las arterias y facilita que estas se rompan. Aunque la mayoría de pacientes buscan ayuda médica cuando ya hay un derrame, si el aneurisma se identifica oportunamente también se puede tratar mediante cirugía abierta o cirugía intraarterial.


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